Esta vivienda de fin de semana se ubica en un sitio frente a un risco que domina la costa del pacífico con una inigualable vista. La casa se posiciona cardinalmente, el frente mayor se orienta hacia el norte, acaparando las principales vistas desde la cota más alta del terreno. Un balcón corrido en todo ese frente permite el asomo a la vastedad del paisaje con un cierto vértigo. Hacia el sur, dos muros configuran un patio triangular que como la quilla de un barco rompe con el fuerte y frío viento proveniente del sur, desarrollando así un lugar exterior protegido. En la punta de este triángulo se dispone un estanque para refrescarse y desde el cual se puede atravesar con la mirada el interior público de la vivienda en dirección al mar. El material pétreo de los bloques de hormigón prefabricados, con su porosidad y rugosidad, permitirán que el clima y el tiempo incorporen a esta edificación al paisaje, dejando que el paso del tiempo y el ambiente natural otorgue un acabado del cual la arquitectura solo debe esperar.