Las piezas de madera de una antigua exposición se transformaron en la estructura y el soporte para esta nueva muestra. El pié forzado de la reutilización determinó la aproximación material respondiendo a dos situaciones; el formato expositivo en sí mismo y la solución constructiva del pabellón. La curatoría de la muestra se basó exclusivamente en la exposición de películas y videos.

El proyecto se configuró entonces en pequeños recintos para proyecciones desarrollados todos en una misma estructura. Desde el acceso el recorrido se eleva por medio de una rampa que gana altura para luego configurar un anfiteatro en el habitáculo de mayor sección, permitiendo sentarse en sus peldaños para observar la película de mayor duración. El perímetro interior de la sala se transformó en el telón de fondo de las proyecciones estableciendo así una distancia con el objeto construido. La lógica de la reutilización fue concebida constructivamente como un componente, el diseño de una pieza que permitiese desmontarse rápidamente y reconfigurarse en otro contexto y con distinto uso. Para esto se diseñó una pieza repetida 36 veces que se traba en la incorporación del segmento que conecta con el otro frente y que determina su sección. La uniones apernadas permiten que rápidamente pueda desmontarse sin pérdidas.

La gestión para la reutilización recayó en la reinstalación como mirador en una laguna en la comuna de Maipú. La materialidad original posibilita la resistencia al tiempo y al uso público, pero en una galería de arte la expresividad constructiva y material para su uso original superaba la necesaria para una exposición de este tipo. El revestimiento de papel vegetal aligeró su percepción.